Mike Oldfield (1967):

Oldfield quizas sea el auténtico creador de la música ambiente moderna. No es un músico convencional, no compone sus obras pensando en el éxito comercial, tampoco las caoncibe como algo que se pueda manejar en una emisora de radio (su primera obra, Tubular Bells parte 1 dura más de 25 minutos), eso le ha llevado a numerosos conflictos con sus didcográficas, pero, la música de Oldfield se ha abierto camino en la historia a fuerza de sinceridad. ​

Biografía.

Su padre, Raymond Oldfield, adquirió una guitarra cuando servía en la Real Fuerza Aérea británica en Egipto durante la Segunda Guerra Mundial. Mike recuerda cómo su padre «solía tocar la guitarra cada Nochebuena, cantando la única canción que sabía tocar, Danny Boy». Mike también atribuyó su temprano interés por la música al hecho de haber visto de niño al virtuoso guitarrista Bert Weedon:

«Le vi en la tele cuando tenía siete años y enseguida convencí a mi padre para que me comprara mi primera guitarra. De hecho, creo que de no haber sido por Bert nunca hubiera llegado a ser lo principal en mi vida».

Los Oldfield se convirtieron en una familia enlazada a la música: el hermano mayor de Mike, Terry Oldfield, es un compositor de prestigio en el campo de la música para documentales televisivos, y tiene varios álbumes en el mercado; su hermana, Sally Oldfield, consiguió un gran éxito a principios de los 80 con el tema vocal «Mirrors».

A la edad de 10 años, Mike ya componía piezas instrumentales para guitarra acústica. La guitarra era para él más que un instrumento, era una vía de escape de una situación familiar que fue empeorando y apartándolo del mundo exterior durante mucho tiempo. A lo largo de esa década, la escena musical acústica había gozado de muy buena salud, debido al resurgimiento de la cultura folclórica británica que tuvo lugar en las décadas anteriores. Fue en uno de los muchos clubes dedicados a este movimiento donde el joven Mike empezó a darse cuenta de que su virtuosismo musical era del agrado del público.

Cuando Mike cumplió 13 años, la familia Oldfield se trasladó a Romford, Essex. En 1967 dejó la escuela y junto con su hermana Sally formó The Sallyangie, un dúo folk-hippie de voz y guitarra. Firmaron por la compañía Transatlantic, que les editó el álbum Children of the Sun en 1968 y el sencillo «Two Ships» en 1969. Por esta época, el toque de guitarra de Mike fue fuertemente influido por el «folk barroco» popularizado por John Renbourn, líder de Pentangle y Bert Jansch. Después de un año, llegó el fin de Sallyangie.

La gestación de Tubular Bells.

Un rayo de luz iluminó el futuro de Oldfield. Cuando Mike dejó la banda de Kevin Ayers definitivamente, para ganarse la vida trabajó ocasionalmente como guitarrista de sesión. Uno de esos trabajos lo llevó en la banda de acompañamiento de la producción londinense de Hair, el «musical de amor-rock tribal» por 5 £ la noche. También tocó por un tiempo el bajo en una banda comandada por el cantante de soul Arthur Lewis. El grupo iba a grabar a un estudio recientemente inaugurado en una mansión de Shipton-on-Cherwell, a 32 kilómetros de Oxford. Los estudios de grabación The Manor fueron construidos por aquel entonces para Richard Branson por Tom Newman, asistido entre otros por Simon Heyworth. El equipo reunido en The Manor era de buenos amigos, y también estaban allí las novias de algunos de ellos, así como un cocinero, limpiadoras y jardineros. Como Mike comentó más tarde, «todos los problemas que surgían los tratábamos como si fuésemos una gran familia».

El magnífico ambiente que reinaba en el estudio y la actitud de Newman y Heyworth dieron a Mike la oportunidad de grabar una nueva maqueta basada en los mismos desarrollos instrumentales que ya manejaba desde hacía tiempo. A Heyworth y Newman les encantó y asombró el abanico de ideas de Oldfield, y emprendieron una campaña de persuasión a Branson para que editara aquello y les dejara el estudio durante algún tiempo para grabarlo. De entrada, parecía que aquel no era el momento apropiado; el proyecto debía esperar un poco a la llegada de Simon Draper, empresario que se unió a Branson, poseedor de una cadena de tiendas de discos y ambos crearon una discográfica propia: Virgin Records. Draper tenía un amplio conocimiento musical, así que cuando escuchó las ideas de Mike, este las apoyó inmediatamente.

Mike continuó desarrollando y refinando sus ideas, a las que ahora podía dar un nombre: Tubular Bells aunque en principio se barajasen nombres como Breakfast in Bed (Desayuno en la cama), título sugerido por el propio Branson, y Opus One (Opus 1). Para cuando casi se le agotó la paciencia del joven Oldfield, Draper le ofreció una semana de tiempo de estudio en The Manor. Trasladaron una amplia selección de instrumentos al estudio y el músico hizo su labor a contrarreloj durante esa semana, tiempo en el que se grabó algo más de la primera parte del álbum. El resto emergió durante sesiones repartidas a lo largo de los siguientes meses. Desde el principio Mike ponía las facilidades que le daba la tecnología de la época al límite para hacer sus grabaciones; muy pronto empezó a usar 16 pistas. Como se iban añadiendo a la grabación más y más instrumentos, las sesiones también fueron una prueba para la inventiva de Newman y Heyworth, que mezclaron todo aquello lo mejor que les fue posible. El equipo de que disponía el estudio no estaba automatizado, y todo el trabajo fue hecho manualmente por Mike, ya que Simon Heyworth y Tom Newman ya usaban todos los dedos de que disponían en la mesa de mezclas; esto hacía más cercana la relación entre productores y artista con lo que pudo aprender muchas cosas de los dos productores.

Durante las sesiones, Mike tocó más de 20 instrumentos y se grabaron aproximadamente 2000 cintas de prueba. La música fue interpretada casi al completo por él mismo, con la excepción de Vivian Stanshall que grabó las voces pertenecientes al «maestro de ceremonias», Jon Field que tocó la flauta, Steve Broughton y Mundy Ellis en las percusiones y en las voces, respectivamente; Newman y Heyworth recibieron el crédito como coproductores del álbum. Cuando terminaron las sesiones, Branson se llevó las cintas de Tubular Bells a la feria de la industria musical MIDEM de Cannes, en enero de 1973. Un ejecutivo de la compañía americana Mercury Records le dijo: «si le pones letra te lo compró por 20.000 dólares». Como nadie se mostraba interesado en respetar el concepto original, Branson y Draper decidieron editar el álbum ellos mismos en su nueva discográfica, Virgin Records.

Tubular Bells se lanzó el 25 de mayo de 1973. Surgió de un proceso de grabación y mezcla al que habría podido llamarse «arte en estado puro». La recepción de la crítica y del público fue unánime, calificándolo de «obra maestra». Durante el concierto de presentación, al que Mike estuvo a punto de renunciar, hubo una gran ovación en el Queen Elizabeth Hall para sorpresa del artista, que esperaba un gran abucheo por las imperfecciones del concierto. La prensa británica se quedó perpleja. El influyente disc-jockey de la BBC John Peel, escribió que aquel era «un disco que cubría genuinamente un nuevo e inexplorado territorio», con música que combinaba «lógica con sorpresa, sol con lluvia». El prestigioso semanario musical Melody Maker escribió sobre Tubular Bells que era «una extensa obra, casi clásica en su estructura y en la forma en cómo el tema está establecido y diestramente trabajado».

Tubular Bells siempre se recordará como un momento en la historia de la música rock que cautivó el corazón y la imaginación de mucha gente. Fue también un punto de partida desde el cual poder apreciar los muchos cambios y descubrimientos hechos por este creador que, a partir de los 19 años, fue creciendo en madurez. El álbum entró en las listas del Reino Unido en julio y pronto llegó al primer puesto. Posteriormente, se vendió de manera masiva por toda Europa y se editó en los Estados Unidos, aunque en aquel país todo sucedió de una forma más lenta. El empujón necesario para que las ventas del disco subieran como la espuma vino cuando el director de cine William Friedkin, animado por Richard Branson, decidió usar un extracto de 4 minutos en la película de terror El Exorcista. Mike no fue consultado respecto a la asociación de su obra con aquella película, y más tarde diría a los periodistas que aquello no le había gustado del todo.

Carrera musical.

Mike Oldfield había soñado mucho tiempo con el momento en que se editase Tubular Bells. Cuando aquello ocurrió no pudo aguantar la presión acumulada y, emocionalmente exhausto por el proceso de grabación y sus propias inseguridades ante la fama desorbitada que estaba adquiriendo, se retiró a su nueva casa de Herefordshire. Fue allí donde comenzó a crear su nueva obra, que más tarde adoptaría el nombre de la cercana colina Hergest Ridge.

El esquema sinfónico usado en Tubular Bells fue continuado en una serie de obras posteriores como en el presente Hergest Ridge, Ommadawn, Incantations, Amarok o Return to Ommadawn. Editado en el Reino Unido en septiembre de 1974, Hergest Ridge era un álbum que contenía un único tema musical, dividido en dos suites por las exigencias obvias del formato LP. De nuevo casi todos los instrumentos fueron tocados por el propio Oldfield. El efecto más comentado del disco fue el que un crítico llamó «tormenta eléctrica», un segmento de la cara B en el que se interpretaban simultáneamente múltiples guitarras eléctricas distorsionadas. La hermana del propio Oldfield, Sally Oldfield participó en el álbum presentando su voz en algunos fragmentos. Para el músico de Reading, la composición musical era una constante obra en progreso regida por leyes lógicas o emocionales, como si de un cuadro cubista se tratase.

Ommadawn, publicado en septiembre de 1975, fue su tercera obra de rock sinfónico instrumental; le llevó nueve meses de grabación y tocó unos veinte instrumentos: desde las guitarras al piano de cola y la espineta. El álbum incorporaba música africana y música irlandesa, para ello contó con el grupo de percusión africano Jabula y la gaita irlandesa de Paddy Moloney, líder de The Chieftains. Otros artistas colaboradores fueron Terry y Sally Oldfield, los miembros de la Hereford City Band y el solista de flauta dulce Leslie Penning. Penning también acompañó a Oldfield en el sencillo navideño de aquel año, una versión del villancico tradicional «In Dulci Jubilo» que consiguió alcanzar el cuarto puesto en las listas de ventas del Reino Unido. Desde aquel momento y durante varios años, Oldfield publicó un sencillo navideño con regularidad. Superó los 4 millones de álbumes vendidos en todo el mundo. Con la publicación de Ommadawn muchos músicos veteranos comenzaron a interesarse por la carrera musical del músico de Reading y, a día de hoy, está considerado como su magnum opus, superando a su anterior Tubular Bells. El propio Oldfield presentó en 2017 su continuación Return to Ommadawn a petición de sus fanes a quienes el músico interpelaba en sus redes sociales por su obra más querida de toda su carrera.

En 1975, Oldfield colaboró en álbumes de otros músicos asociados a él como David Bedford, Edgar Broughton o Tom Newman, al mismo tiempo que el impacto de Tubular Bells continuaba in crescendo. Durante ese año le fue concedido a Oldfield un Premio Grammy a la mejor composición instrumental.

Por aquel entonces, Oldfield lanzó «Portsmouth», otra canción tradicional que llegó al puesto tres, uno por encima del que había alcanzado «In Dulci Jubilo». Entre 1976 y 1978 Oldfield, debido a los problemas psicológicos que acarreaba desde muy atrás, se recluyó en su casa de Gloucestershire. Allí inició los esfuerzos que acabarían con la publicación de Incantations. En ese impasse de tiempo, Virgin editó el cuádruple álbum Boxed, un set de coleccionista que contenía sus tres álbumes editados hasta entonces y un cuarto disco que contenía sencillos, colaboraciones especiales en discos de otros artistas, y un extraño tema cantado por el propio Mike y David Bedford llamado «Speak (Tho’ You Only Say Farewell)». En enero de 1977, Mike hizo su primera aparición en un escenario en dos años y medio, como guitarrista invitado en una presentación en vivo de la suite de David Bedford titulada The Odyssey basada en la obra de Homero. A ello siguió la edición casi simultánea de dos sencillos: uno fue una versión de Rossini, «The William Tell Overture» y el otro «Cuckoo Song», otro arreglo de una canción folk tradicional inglesa, aunque ninguno tuvo demasiado éxito.

Tras un concierto en vivo de Ommadawn se editó el cuarto álbum de Oldfield titulado Incantations, publicado a finales de 1978. En los años posteriores a Ommadawn, el rock sinfónico y su grandilocuencia habían perdido interés mundial debido a la llegada de la música punk, mucho más accesible para una juventud que reclamaba ídolos a la altura de sus propias posibilidades personales, y sin nada que ver con las superbandas de genios musicales como Pink Floyd o Genesis. Dentro de su mismo país, el punk impactó negativamente en Oldfield. Cuando le preguntaron acerca de lo que pensaba de aquella tendencia, contestó: «¿Punk rock? Nunca oí hablar de eso». Tal vez a causa de todo ello, Incantations resultó un tanto fuera de tono. Era el primer doble LP de Oldfield, y consistía en cuatro suites con diferentes movimientos, de nuevo partiendo de sonidos célticos y étnicos a los que se unía una atmósfera legendaria, acrecentada por largos cánticos rituales.

Platinum rompió con el patrón de sus cuatro primeros discos, estructurados en largas pistas sin divisiones claras entre sus movimientos. La composición de este estuvo partida en cuatro segmentos, a los que siguen canciones cortas e instrumentales, con un cierto afán experimental y lúdico. Entre las canciones de Platinum destacó «Punkadiddle» con la que Oldfield quiso ridiculizar el movimiento punk.

Últimos trabajos con Virgin.

En 1989, Oldfield creó una versión de siete minutos de Tubular Bells para un programa de la BBC. A pesar de que Richard Branson presionaba al músico de Reading desde 1982 para que hiciese la secuela de Tubular Bells, Oldfield preparó un disco todo vocal con siete vocalistas diferentes que tituló Earth Moving. El siguiente disco a Earth Moving fue un disco enteramente instrumental con una única pista de una hora de duración. Se tituló Amarok, publicado en 1990, y fue concebido como una venganza personal de Oldfield contra Branson y los directivos de Virgin, que no quería publicarle un disco sinfónico salvo que fuese llamado Tubular Bells II. A lo largo de la sinfonía hubo toda una serie de claves en morse donde Oldfield criticaba a Virgin e insultaba a Branson con la única intención de, según sus propias palabras: «para incordiar a los ricos directivos de las discográficas que van en su Ferrari».

Este fue un retorno al formato que lo popularizó con Tubular Bells, Hergest Ridge y Ommadawn. Amarok volvió a reunir a Oldfield y a Tom Newman, el ingeniero de sonido de Tubular Bells. Esta única pieza era una suerte de música folk inglesa, flamenco y música africana, que unía la última tecnología musical y de estudio con la tecnología clásica de Oldfield. Amarok fue uno de los temas musicales más largos jamás publicados, considerado por muchos de sus fanes como su mejor obra junto a Ommadawn.

Heaven’s Open se editó en 1991, con una estructura parecida a la de Platinum: una composición larga y algunas canciones. Por primera vez, todas las canciones fueron cantadas por Oldfield —acreditado en esta ocasión como «Michael Oldfield»—, sin ningún otro vocalista de apoyo.

Los años con Warner.

Previsiblemente, las expectativas que WEA (Warner/Elektra/Atlantic), la nueva discográfica de Oldfield, puso en Tubular Bells II no fueron defraudadas; editado en 1992 siendo un rotundo éxito de ventas. Superó los 1,5 millones de álbumes vendidos, que en 2002 rozaban ya los 3,5 millones de copias. El lanzamiento del álbum fue acompañado por una extensa gira por Europa y Norteamérica, donde hacía tiempo que no actuaba. Asimismo, los directivos de Warner colocaron al afamado productor Trevor Horn a las órdenes de Oldfield. Desde hacía tiempo, el de Reading ya dijo a los medios de comunicación que pensaba hacer una reedición de Tubular Bells con ideas que en el primer disco se le habían quedado en el tintero. Oldfield pensó que sería buena idea estrenarlo con su nueva compañía, esta a su vez le había prometido al músico libertad de movimientos y una promoción de su disco por Norteamérica, mercado en donde Virgin no había podido entrar. La portada del disco le fue encargada a Trevor Key, el mismo artista que ya diseñó la original; el resultado fue una campana doblada en tres partes, muy similar a la original, esta vez de color amarillo flotando sobre un fondo azul marino que realza la forma de la campana.

Tubular Bells II en esencia guarda gran similitud con su antecesor Tubular Bells. De hecho, hay partes que son totalmente análogas entre ambos discos. Es decir, hay una secuencia de piano que introduce la primera parte, igual que en el original; también encontramos un reflejo del fragmento del hombre de Piltdown o «el hombre de las cavernas» que podemos oír en el original. Además, es muy parecida la secuencia del final de la primera parte en la que el «maestro de ceremonias» va introduciendo los diferentes instrumentos que aparecen tras ser mencionados —en esta ocasión el papel recayó en el prestigioso actor británico Alan Rickman— No obstante, este álbum no es del todo idéntico a su predecesor pese a que tiene la misma estructura, pues mientras que los pasajes del original suelen ser oscuros y melancólicos, los de Tubular Bells II tienden a ser más alegres y dinámicos. Aparecieron tres sencillos del disco: Sentinel, Tattoo y The Bell. De este último hay unas seis versiones con maestros de ceremonias distintos, anunciando los instrumentos en diferentes idiomas. Carlos Finaly, locutor de Cadena 100 fue quien puso la voz en castellano a dicha pista

En 1998, el músico publicó la tercera parte de su popular disco Tubular Bells, del que se ya había dado una muestra en el recopilatorio XXV, aunque la versión del álbum fue diferente. Si bien los dos anteriores Tubular Bells habían tenido una estructura dividida en dos partes —con varios cortes en Tubular Bells II—, en Tubular Bells III se incluyó la canción «Man in the Rain» que dividía las dos partes, también compuestas por varios cortes independientes, aunque armados entre sí. Destacó la pista que se utilizó como conclusión para el disco titulada «Far Above The Clouds», en la que como maestro de ceremonias, Oldfield eligió a su hija Greta Marie, que en aquel tiempo contaba con diez años. Con este disco el de Reading quiso plasmar sus frustraciones que sufrió durante la estancia en Ibiza, aunque «Far Above The Clouds» simbolizó la vuelta a la paz, añadiendo el canto de los pájaros al final del disco.

Los años con Mercury.

En mayo de 2005, Mike Oldfield anunció que estaba en mitad de la grabación de un nuevo disco llamado, en un principio, «Quicksilver», título de trabajo del que fue Light + Shade. A pesar de tener aún que editar contractualmente un último álbum con Warner España, Oldfield dejó sin editar su tercer disco con ellos y firmó por Universal Music, discográfica que se hizo con todo el catálogo de Virgin Records en 2008. Durante los siguientes meses se dio más información acerca del disco, aparte de ir apareciendo nuevas fotos del músico con motivo del lanzamiento de Light and Shade. Oldfield ofreció dos discos en lugar de uno; el primero, denominado Light que constaba de canciones relajantes con sonidos próximos al chillout; el segundo, denominado Shade, con canciones algo más oscuras y dance.

El retorno a Virgin/EMI y retirada de la música.

Tras su colaboración en la inauguración de las Olimpiadas 2012, Oldfield volvió a fichar por su discográfica de toda la vida: Virgin Records, que había sido absorbida en 1992 por EMI. El artista volvió a conceder entrevistas y habló de un nuevo disco que se publicó en marzo de 2014. El disco fue básicamente de estilo rock mezclado con algunos otros subgéneros musicales. Para la grabación de este álbum, titulado Man On The Rocks, volvió a contratar a su asistente personal, Caroline Monk, con la que ya trabajó a finales de los 90. Las canciones que lo formaron fueron eminentemente roqueras, en las que el músico aportó sus ya legendarias guitarras eléctricas.​ Todos los temas están interpretados por Luke Spiller, cantante de la banda inglesa The Struts. Los temas son una mezcla de música rock, música pop y algunos hasta contienen sonoridades cercanas al folk y a la música electrónica. Además, se incluyó una versión personal del tema religioso «I Give Myself Away» del músico William McDowell. En la edición deluxe, Oldfield incluyó las versiones instrumentales de todos los temas y demos interpretadas por él mismo.

En marzo de 2023, Universal Music confirmó que Oldfield se había retirado de la composición musical en 2018, tras haber grabado una demo de 8 minutos de introducción para un Tubular Bells IV que finalmente no vería la luz​. Esta demo, «posiblemente lo último que grabe Oldfield en su carrera», fue publicada en línea en mayo a través de plataformas de streaming y el canal oficial de YouTube de Oldfield, y se publicará en formato físico en una edición conmemorativa por el 50 aniversario de Tubular Bells junto con abundante merchandising​. Esta edición se sumará a la publicación previa (con motivo de las celebraciones del Record Store Day británico) del vinilo Opus One en abril de 2023, que contiene las demos originales de Tubular Bells de 1971 (y que ya habían sido publicadas previamente en el DVD de Tubular Bells 2003 y la reedición de 2009).

Vida personal.

En 1978, Oldfield se casó con Diana Fuller, pariente del líder del grupo Exegesis. El matrimonio duró tres meses. Oldfield recordó que llamó por teléfono al jefe del sello Richard Branson el día después de la ceremonia y le dijo que había cometido un error. De 1979 a 1986, Oldfield estuvo en una relación con Sally Cooper, a quien conoció a través de Virgin. Tuvieron tres hijos. En 2015, su hijo Dougal murió después de desmayarse mientras trabajaba en una productora cinematográfica en Londres. En el momento del nacimiento de su tercer hijo, en 1986, la relación se había roto y se separaron amistosamente. Oldfield mantuvo una relación con la cantante noruega Anita Hegerland que duró hasta 1991. La pareja se conoció entre bastidores en uno de los conciertos de Oldfield durante una gira por Alemania en 1984. Vivieron en Suiza, Francia e Inglaterra. Tienen dos hijos.

A finales de los años 90, Oldfield publicó una columna sobre corazones solitarios en un periódico local de Ibiza. La columna fue respondida por Amy Lauer; la pareja salió, pero la relación se vio afectada por los episodios de abuso de alcohol y sustancias de Oldfield y terminó después de dos meses. En 2001, Oldfield comenzó a recibir asesoramiento y psicoterapia. Entre 2002 y 2013, Oldfield estuvo casado con Fanny Vandekerckhove, a quien conoció mientras vivía en Ibiza. Tienen dos hijos.

Oldfield y Sally Cooper
Oldfield y Diana Fuller.
Oldfield y Anita Hegerland.
Oldfield y Fanny Vandekerckhove.

Mis temas favoritos.

“Tubular Bells Part 1” (1973), Tubular Bells I.

Tubular Bells fue el primer álbum publicado por Virgin Records y se convirtió en un fenómeno cultural, ayudando a cimentar la carrera de Oldfield y el éxito de la discográfica. Mike Oldfield, un joven músico autodidacta, compuso la mayor parte de Tubular Bells en su adolescencia, utilizando técnicas experimentales y fusionando estilos como el rock progresivo, la música clásica y el folk. Grabada con limitados recursos tecnológicos, Oldfield tocó casi todos los instrumentos, grabando capa por capa en un proceso laborioso. Richard Branson y Simon Draper, de Virgin Records, apostaron por su talento y le dieron la oportunidad de grabar el álbum. La pieza, que dura más de 25 minutos en su primera parte, es una suite continúa dividida en secciones. Se caracteriza por su estructura minimalista, con temas recurrentes que evolucionan y se transforman, y la célebre introducción con un motivo de piano, que se vuelve un sello distintivo. La pieza inspiró a generaciones de músicos y estableció a Oldfield como un pionero en la música instrumental y el uso de la tecnología de grabación multipista. Su éxito demostró que las obras instrumentales podían triunfar comercialmente, incluso en una era dominada por las canciones pop y rock con letras.

“Sentinel” (1992), Tubular Bells II.

Tras el éxito de Tubular Bells en los años 70, Oldfield decidió revisitar su creación casi dos décadas después. Sentinel es la apertura del álbum y establece un tono similar al tema inicial de Tubular Bells, pero con arreglos más pulidos y modernos. El álbum fue producido junto a Trevor Horn y Tom Newman, quienes ayudaron a Oldfield a incorporar una producción más digital, usando sintetizadores, samplers y técnicas avanzadas de grabación para crear una experiencia auditiva renovada. Aunque Sentinel recuerda el motivo icónico de piano de Tubular Bells, incluye variaciones melódicas y armónicas, además de una atmósfera más envolvente y accesible para el público contemporáneo.

“The Bell” (1992), Tubular Bells II.

«The Bell» sigue el formato de la famosa «Introducción de instrumentos» del primer Tubular Bells, donde una voz presenta diversos instrumentos mientras se van sumando a la música. Sin embargo, en The Bell, la presentación tiene un tono más teatral y dinámico. La canción incluye una variedad de versiones con diferentes narradores para la introducción de los instrumentos. En la edición original del álbum, la voz pertenece a Alan Rickman (acreditado como «Maestro de ceremonias»), mientras que en otros lanzamientos participaron figuras como John Cleese y Billy Connolly. Cada instrumento introducido en «The Bell» aporta texturas únicas, desde guitarras eléctricas y acústicas hasta sintetizadores y, por supuesto, las campanas tubulares que dan nombre al tema. La pieza combina elementos electrónicos y acústicos, mostrando cómo Oldfield adaptó su estilo a las tecnologías y sensibilidades musicales de los años 90.

“Arrival” (1980), QE2.

«Arrival» de Mike Oldfield, lanzada en 1980 como parte del álbum «QE2», es una reinterpretación instrumental de la canción original del grupo sueco ABBA, incluida en su álbum «Arrival» de 1976.Mike Oldfield, decidió versionar «Arrival» de ABBA debido a su estructura melódica simple pero emotiva. Oldfield era admirador de la música bien construida, independientemente del género, y vio en esta canción un lienzo para agregar su toque personal. La versión de Oldfield es completamente instrumental, como la original, pero destaca por su enfoque atmosférico y folk, haciendo uso de guitarras acústicas, sintetizadores y arreglos orquestales. Aporta un tono más etéreo y pastoral en comparación con el estilo pop de ABBA.

“The Voyager” (1996), The Voyager.

Oldfield se inspiró en la rica tradición musical de Irlanda y Escocia, incorporando melodías y estilos que evocan paisajes bucólicos, mitos antiguos y la espiritualidad celta. «The Voyager», como tema principal del álbum, refleja este espíritu de exploración y conexión con las raíces musicales europeas. La canción utiliza guitarras acústicas, arpas, flautas y texturas sintetizadas para crear un ambiente evocador y atmosférico. Combina elementos tradicionales con la sensibilidad moderna de Oldfield, logrando una mezcla de lo antiguo y lo contemporáneo. El título «The Voyager» sugiere un viaje introspectivo o espiritual, en sintonía con la idea de un explorador que navega por paisajes tanto físicos como emocionales. La pieza captura un sentido de búsqueda, nostalgia y descubrimiento.