No se puede pasar por alto a Luis Eduardo Aute en esta clasificación, hay que ponerlo de los primeros. El quería ser pintor, igual que Leonard Cohen quería ser escritor, pero la vida le tenía reservado su sitio en la música, no en la pintura. Aún así, pinto y también escribió. Fué lo mas parecido que hemos tenido en España a un artísta renacentista en el siglo XX. Hay que reconocer que su música no es para todos los oidos, su pensamiento tampoco lo es para todas las mentalidades, pero su música le puede gustar a cualquiera, incluso sus letras.
Biografía.

Luis Eduardo Aute nació en Manila, la capital de Filipinas, el 13 de septiembre de 1943. Su padre, Gumersindo Aute Junquera, había nacido en Barcelona, hijo de andaluces, y a los 18 años se fue a trabajar a Manila, a la compañía Tabacos de Filipinas y allí conoció a su mujer, Amparo Gutiérrez-Répide Carpi, una española hija de valenciana y santanderino. En su niñez, Luis Eduardo estudió en el colegio de La Salle, donde aprendió inglés, ya que toda la enseñanza se impartía en ese idioma; además hablaba tagalo, que aprendió en el día a día, español y catalán, que utilizó con su familia. Desde niño mostró gran habilidad como dibujante y pintor. Otra pasión temprana fue el cine, especialmente desde que sus padres le regalaron una cámara de ocho milímetros con la que realizó diversas películas con sus amigos.
A los ocho años viajó por primera vez a España. En Madrid, acompañando a la orquesta del Hotel Avenida, cantó por primera vez en público interpretando la canción «Las hojas muertas». A los once años vio por primera vez «On the Waterfront», película que lo marcó notablemente y lo llevó a escribir en inglés sus primeros poemas. Otra película que le influyó en esa época es Niágara, donde descubrió la sensualidad y el erotismo de Marilyn Monroe.
En 1954 la familia, previa estancia en Barcelona, se estableció definitivamente en Madrid, donde Luis Eduardo estudió en el colegio Nuestra Señora de las Maravillas. Tres años más tarde, al cumplir los quince, y tras regalarle su padre una guitarra, actuó en la fiesta de fin de curso del colegio formando un trío con otros dos amigos. En esos mismos años, muy influido por el expresionismo alemán, comenzó a pintar sin descanso, obteniendo una medalla de plata en el II Certamen Juvenil de Arte.
En 1960 tuvo lugar su primera exposición individual de pintura en la Galería Alcón de Madrid, con bastante éxito. Ese mismo año nació su hermano José Ramón. En el curso preuniversitario formó parte de varios grupos, como Los Sonor, del que surgirían Los Bravos y en el que tocaba la guitarra acústica; Los Tigres, en el que cantaba en inglés canciones de Elvis Presley, y, de acuerdo con José Ramón Pardo, Los Pekenikes. Sin embargo, el cine y la pintura, al igual que la escritura, siguieron siendo sus grandes pasiones. Con Los Sonor llegaría a interpretar dos canciones en el programa de televisión Salto a la fama, aunque Aute abandonó el grupo para centrarse en sus estudios.
En 1961 escribió su primer guion de cine y presentó un cortometraje de veinte minutos al concurso de la revista Primer Plano. También escribió “Los últimos estertores”, una especie de libro con textos, poemas y guiones que mandó encuadernar. Sus padres se separaron. Realizó otro cortometraje, “Senses”, que fue rechazado por inmoral. En 1962 realizó su segunda exposición individual de pintura, en la galería Quixote, y conoció a Marichu Rosado con quien se casó en 1968.
En 1963 comenzó a estudiar arquitectura técnica en la Escuela de Aparejadores, aunque solo dos semanas después abandonaría la universidad y se trasladó a París, donde vivió toda la efervescencia cultural de la época, descubrió la música de Jacques Brel y Georges Brassens, leyó a Paul Éluard y a Nietzsche (Más allá del bien y del mal) y vio películas prohibidas en España, como «Lolita» de Stanley Kubrick. Durante los siguientes años regresó varias veces a la capital francesa y comenzó a vivir de sus cuadros, realizando algunas exposiciones fuera de España. El marchante estadounidense Gregg Juárez vendía sus cuadros en Estados Unidos. También consiguió empezar a trabajar en el mundo del cine, destacando su participación en la película «Cleopatra», de Joseph L. Mankiewicz, como intérprete de inglés, francés y español y segundo ayudante de dirección de la segunda unidad, que se encargaba de filmar las secuencias rodadas en España. En Madrid trabajó como meritorio de dirección en «La vida es magnífica», una película de Maurice Ronet, y en «Chaud, chaud, les visons», de Marcel Ophüls.
Carrera musical.
En 1965 Luis Eduardo Aute comenzó el servicio militar en Tremp (Lérida). Su capitán, aficionado al dibujo, le permitía tener tiempo para terminar los cuadros de una exposición que se iba a realizar en California. Durante un viaje a Madrid conoció a la cantante Massiel. Al concluir el servicio militar en mayo del año siguiente volvió a Madrid y viajó a São Paulo para participar en la Bienal de pintura con tres cuadros de gran formato. En Brasil descubrió la música de Bob Dylan y Joan Báez y al regresar, animado por Massiel y bajo el influjo de Dylan, escribió cinco canciones: «Don Ramón», «Made in Spain», «Rojo sobre negro», «Aleluya #1» y «Rosas en el mar». En un principio, las ofreció todas a Massiel, aunque finalmente ella solo llegó a grabar la última, convirtiéndola en un éxito rotundo.
Sin embargo, un antiguo compañero de Los Sonor, Manuel Escobar, eligió dos de ellas para incluirlas en el disco que estaba grabando y, mientras las ensayaba en un estudio con Aute a la guitarra, el productor y compositor Juan Carlos Calderón las escuchó y propuso a Aute que las grabara él mismo, aunque este, pese al deseo también de Ele Juárez, director artístico de RCA, rechazó la idea, ya que quería seguir centrándose en la pintura y en el cine. En 1967, Massiel incluye por fin en un nuevo disco «Rosas en el mar» y «Hasta mañana», otra composición de Aute. Mientras tanto, la compañía RCA insiste a Aute para que sea él mismo el que grabe sus temas y este por fin acepta, editando un sencillo con «Made in Spain» y «Don Ramón».

La versión de «Rosas en el mar» de Massiel fue un gran éxito, por lo que RCA decide publicar «Aleluya #1», interpretada por Aute, mientras Zafiro la publicó interpretada por Massiel. El tema fue un rotundo éxito a nivel internacional, realizándose por diversos cantantes versiones en Checoslovaquia, Francia, Italia, Brasil, Japón, Venezuela e Hispanoamérica. En Estados Unidos, Ed Ames hizo una versión llamada «Who will Answer», adaptada por Sheila Davis que llegó al puesto número siete de la lista Billboard. Aute contó años después una curiosa anécdota que había escuchado, según la cual Paul McCartney, al escuchar esta versión en inglés del Aleluya, decidió contestarla con el tema «Let it be», de los Beatles. En esta época, Aute conoció a Joan Manuel Serrat.

Primer disco y retirada.
Pese al éxito cosechado, Aute siguió considerándose principalmente pintor y se planteaba esta incursión en el mundo de la música como algo temporal. No obstante, entre 1967 y 1968 publicó varios temas sueltos («Los burgueses», «Mi tierra», «Mi gente», «Niño de nada», «Slowly», «Clamo al firmamento» y «Tiempo de amores») y su primer álbum, Diálogos de Rodrigo y Gimena, compuesto principalmente por esas canciones ya publicadas en disco sencillo o interpretadas por otros, como «Rosas en el mar» o el «Aleluya #1», y otras de carácter satírico. El disco incluía en su interior la reproducción de una de sus pinturas y una definición de lo que para él era una canción: «Una canción es un todo donde se reúnen poesía, música e intención; una forma de comunicación entre el creador y quien la escucha, sin intermediarios, en la cual el mensaje, la emoción y el pensamiento se funden en una sola expresión».

También realizó su cuarta exposición de pintura. Ese mismo año conoció a la cantante Mari Trini, que interpretó dos de sus canciones: «El alma no venderé» y «No sé qué pasará», la primera canción que escribiera Aute.

El 21 de marzo de 1968, se casó con su novia Maritchu y en mayo decidió dejar el mundo de la música, que lo había decepcionado, grabando seis meses después, a modo de testamento musical, el disco 24 canciones breves, una especie de crónica política y social de la España de aquellos años.
Alejado del negocio de la música, en 1968 publicó en Nueva Dimensión, una revista de ciencia ficción, dos relatos cortos, “Los fugitivos” y “P.A.P”.
En 1969 coescribió, bajo el seudónimo de Luis Junquera, el guion de “Cibeles”, que dirigió José Sámano y fue premio al mejor corto experimental en el Festival de Cine de San Sebastián. Ese mismo año realizó varias películas promocionales de diversos músicos encargadas por RCA para ser emitidas por televisión y conoció a la cantante Rosa León.
Los años setenta. Vuelta al mundo de la música.
En 1970 publicó en Poesía 70, un poema que fue la causa del cierre de la revista, en la que había compartido páginas con los también cantantes Joaquín Sabina y Carlos Cano. También comenzó a escribir los primeros poemas del libro La matemática del espejo, algo fúnebre debido a la muerte de su suegro y de una tía de su mujer. Escribió y dirigió Minutos después, corto de 16 milímetros seleccionado para participar en el II Festival de Cine de Autor de Benalmádena. Ese año nació su hijo Pablo Antonio. También compuso, en colaboración con Jesús Munárriz, dos canciones para la obra de teatro Castañuela 70.

En 1971, escribió y dirigió un nuevo corto, «Chapuza 1», con su obra pictórica como protagonista, y realizó los paneles para la obra Marat-Sade, de Peter Brook, y los carteles para los ciclos sobre Godard, Luis Buñuel y el Novo Cinema Brasileño del Cine California de Madrid.
En 1972, RCA publicó el recopilatorio Álbum (1966-67), con temas ya publicados, y al año siguiente Rosa León publicó su primer disco, en el que se incluyen siete canciones de Aute, como «Las cuatro y diez», «De alguna manera» o «La secretaria ideal».
Ante el éxito obtenido, y con la promesa de libertad absoluta por parte de la compañía discográfica y del productor y escritor José Manuel Caballero Bonald (incluyendo la no obligación de aparecer en televisión ni de dar recitales en público), Aute volvió al mundo de la música como intérprete y ese mismo año de 1973 grabó Rito para Ariola, que salió al año siguiente y que constituyó el primero de los discos de la trilogía Canciones de amor y de muerte. La última canción del álbum es el tema “Autotango del cantautor”, una autocrítica hacia el mundo de los cantautores. Este mismo año compuso las canciones para “El pechicidio”, de Lauro Olmo. En 1974 escribió la banda sonora de «Los viajes escolares», de Jaime Chávarri.
En 1975 se editó Espuma, con el subtítulo «Canciones eróticas» y cuya contraportada incluyó sendas citas de Paul Éluard y Vicente Aleixandre. De este trabajo, que tuvo un considerable éxito, se extrajo el sencillo “Anda”, una de sus canciones más conocidas. Este mismo año publicó el libro “La matemática del espejo” y escribió las bandas sonoras de “Emilia, parada y fonda”, de Angelino Fons, y, para Televisión Española, “Viaje a la Alcarria”, de Antonio Rico. También rodó “A flor de piel”, su último cortometraje, a color y en 35 mm, protagonizado por Ana Belén y Jaime Chávarri. En estos años también diseñó carpetas de discos para RCA, EMI, Movieplay y Nevada y realizó retratos de encargo. Su primera actuación en público en solitario se produjo el 20 de diciembre de este año, junto a Amancio Prada, Rosa León, su hermana Julia León, Víctor Manuel y Luis Pastor, en el IX Festival de Villancicos Nuevos de Pamplona, donde interpretó el villancico «Niño de nada».

A continuación, comenzó a grabar los temas de su siguiente disco, Sarcófago, que musicaliza algunos poemas de La matemática del espejo. El tema de este nuevo trabajo es la muerte por lo que, al no ser un tema comercial, se vio obligado por la compañía de discos a grabar Babel, un trabajo más comercial que finalmente salió en 1976, mientras que Sarcófago lo hizo en 1977. Babel era una especie de divertimento satírico e irónico sobre la sociedad de la época, con críticas al fútbol, la base estadounidense de Torrejón, el consumismo, etcétera, mientras que Sarcófago fue un trabajo mucho más personal e íntimo, el último de la trilogía Canciones de amor y muerte, tras Rito y Espuma. También en 1976 escribió para televisión la música de “La señora García se confiesa”, de Adolfo Marsillach, y “La viuda andaluza”, de Francesc Betriu.
En 1977 escribió las bandas sonoras de las películas “In memoriam”, de Enrique Brasó, “Esposa y amante”, de Angelino Fons, “Mi hija Hildegart”, de Fernando Fernán Gómez y “¡Arriba Hazaña!”, de José María Gutiérrez. También escribió una canción para “El arquitecto y el emperador de Asiria”, de Fernando Arrabal. Este mismo año comenzó a escribir las canciones de su disco Albanta y varios poemas para lo que fue su nuevo libro “La liturgia del desorden”. Las cantantes Marisol, Massiel, Ana Belén y Rosa León grabaron canciones escritas por él. También apareció el disco humorístico Forgesound, grabado el año anterior en compañía de Jesús Munárriz e inspirado por el humorista gráfico Antonio Fraguas de Pablo, conocido como Forges, y en el que también participaron Rosa León y su hermana Julia, Teddy Bautista y Fernando García Morcillo.
En febrero de 1978 actuó en Albacete acompañado a la guitarra por Jos Martin en una fiesta organizada por el sindicato CNT y en la que también participaron Chicho Sánchez Ferlosio, Jesús Munárriz y Moncho Alpuente. Ante el éxito obtenido, a la semana siguiente actuó en Cuenca. El 12 de abril falleció su padre, a quien se encontraba muy unido. Siguieron las actuaciones en otros lugares, incluyendo el Colegio Mayor San Juan Evangelista de Madrid, y después del verano comenzó a ser acompañado por su inseparable guitarrista, Luis Mendo.
A continuación, grabó Albanta, nombre inventado por su hijo Pablo para referirse a un país imaginario e ideal. El disco supuso un giro en su carrera, ya que los arreglos estuvieron dirigidos a la interpretación en directo y es el que tiene los sonidos más roqueros de toda su discografía, fruto de la dirección musical y los arreglos de Teddy Bautista, así como la participación en las guitarras de Armando de Castro. Incluyó el tema «Al alba», probablemente el más famoso y significativo de toda la carrera de Aute, dedicado a las víctimas de los últimos fusilamientos del franquismo pero que no obstante consiguió burlar la censura de la época. «A por el mar» es otro de los himnos de la época. El disco fue el primero de la trilogía denominada Canciones de amor y de vida. En julio fue invitado por el gobierno cubano a participar en el Festival Mundial de la Juventud de La Habana, donde cantó con Pablo Milanés, Silvio Rodríguez y Amaury Pérez, miembros de la Nueva Trova Cubana. Cuando llega a Cuba empeora de una tuberculosis que padecía desde hacía tiempo contraída en España (no la contrajo en la isla) y tuvo que permanecer cinco meses en reposo, durante los cuales leyó filosofía, que influyó en su paso del ateísmo hacia un cierto tipo de religiosidad. Este mismo año escribió una canción para la película «Cabo de Vara», de Raúl Artigot.

En 1979 grabó el disco De par en par, que en un principio se iba a llamar Latido, pero al que la compañía discográfica le cambió el título (es el primer disco de la segunda etapa de Aute cuyo título no está compuesto por una sola palabra). También ese año compuso la música de la obra teatral Cinco horas con Mario, basada en la novela de Miguel Delibes y dirigida por Josefina Molina. El 22 de febrero de 1980 ofreció su primer concierto acompañado por la banda Suburbano, con Luis Mendo a la cabeza, en el Teatro Alcalá de Madrid. A finales de año apareció un nuevo disco llamado Alma, publicado con una nueva compañía, Movieplay. Este trabajo supuso el cierre de la trilogía Canciones de amor y de vida y es el primero producido por Luis Mendo. Incluye «Pasaba por aquí» y «No te desnudes todavía», dos de las canciones más conocidas de Aute. Escribió la música para «El hombre de moda», de Fernando Méndez Leite.
Los años ochenta.
El 30 de abril de 1981 nació su hija Laura Julieta. Año en el que compuso la música de la película “Función de noche”, de Josefina Molina, interpretada por Lola Herrera y Daniel Dicenta. Protagonizó con Juan Carlos Calderón uno de los debates del programa de TVE, Mano a mano, dirigido y presentado por Joaquim María Puyal y coordinado por Carlos Villarrubia y Jordi Jaria.
En marzo de 1982 publicó Fuga, que incluyó clásicos como «Siento que te estoy perdiendo» y «Mira que eres canalla» y constituye el primero de una nueva trilogía, Canciones de amor y duda. Escribió la música de Pablo y Virginia, de Jaime Chávarri. El 4 de marzo de 1983, en dos funciones, se grabó en el Teatro Salamanca de Madrid el disco en directo Entre amigos, en el que le acompañaron Teddy Bautista, Pablo Milanés, Silvio Rodríguez y Joan Manuel Serrat. Este nuevo trabajo subió a las listas de éxitos y fue Premio Nacional del Disco 1983 del Ministerio de Cultura. Escribió la música para «Juego de poder», de Fausto Canal, y varias canciones para un disco de Pepa Flores.

En 1984 publicó Cuerpo a cuerpo, en el que se incluyeron temas tan conocidos como «Cine, cine», «Dos o tres segundos de ternura» y «Una de dos». Un año después, en 1985, salió a la venta Nudo, que incluyó el tema El «Universo». Ambos discos fueron acompañados por sendas exposiciones pictóricas de igual título. Realizó una exitosa gira de conciertos, actuando en la plaza de toros de Las Ventas de Madrid y en la Monumental de Barcelona. Ese mismo año escribió la música para «Una infancia soñada», de Isidoro Moreno, y dirigió el episodio El muro de las lamentaciones, de la serie de televisión Delirios de amor, para el que también compuso la música. En 1986 grabó el doble disco, con título homenaje a Pablo Neruda, 20 Canciones de Amor y un Poema Desesperado, en el que revisa veinte de sus más conocidos temas y que termina con un poema recitado acompañado a la guitarra por Paco de Lucía. Participó en la grabación, en el Teatro Salamanca, del disco en directo Joaquín Sabina y Viceversa en directo, dedicándole a Joaquín Sabina una canción titulada «Pongamos que hablo de Joaquín».

El 7 de abril de 1987 nació su tercer hijo, Miguel Leonardo. Después del verano comenzó a grabar las canciones de Templo, un disco en el que, inspirado por los cuadros pintados para la exposición de igual título realizada en la galería Kreisler Dos de Madrid, elaboró todo un canto al amor y al erotismo tomando como base la liturgia de la misa cristiana. El trabajo, considerado por el mismo Aute como su «álbum maldito», fue acompañado por un vídeo de la canción «Pumpum, pumpum» filmado por el realizador Hervé Tirmache.
En 1988 escribió, dirigió y compuso la música del episodio de la serie para televisión Delirios de amor titulado «La pupila del éxtasis». Segundos fuera, grabado entre marzo y abril de 1989, iniciando la trilogía Canciones de amor y rabia. Este trabajo reflejó su desengaño frente a los sueños perdidos (en él aparece una cita del filósofo Eugenio Trías: «El cinismo es la moral del siglo XX, sobre todo de los últimos años, tras haberse desacreditado las antiguas utopías sociales, y se ha hecho del dinero el único Dios»). No obstante, el disco, que incluye otro de los clásicos de Aute, «La Belleza» (con vídeo de Hervé Tirmache), acabó con el humorístico «Vaya faena».
Los años noventa.
Su siguiente disco, Ufff!, aparecido en 1991 y en el que colabora Suso Saiz, sigue la misma tónica que el anterior, entre la decepción y el refugio en el amor y el erotismo. El tema Siglo XXI puede ser considerado como una continuación/homenaje al famoso tango Cambalache, de Enrique Santos Discépolo. En el verano de 1992 grabó un nuevo disco, Slowly en compañía de Suso Saiz y Gonzalo Lasheras, que sustituyó a Luis Mendo como productor, y para el que las realizadoras Azucena Rodríguez y Carmen Rosado dirigieron el vídeo de la canción que da título al álbum. Los días 13 y 14 de noviembre actuó en La Casona del Conde de Palermo de Buenos Aires, en lo que fue su primera actuación en Sudamérica.
En 1993 hizo campaña a favor de Izquierda Unida en las elecciones generales celebradas en España. En junio volvió a actuar en Buenos Aires y también en Uruguay y Chile. Ya en España, realizó en compañía de Silvio Rodríguez una gira de conciertos que dio como resultado el disco Mano a Mano, grabado en la plaza de toros de Las Ventas de Madrid el 24 de septiembre en un concierto que duró tres horas y media. El disco vendió más de 200.000 copias, todo un éxito para ambos artistas. Este mismo año publicó el disco/libro animaLuno en El Europeo, en el que musicaliza algunos de sus poemas breves, a los que denominó «poemigas»; también incluyó dibujos realizados con bolígrafo o «boligrafías». Dos años después, en 1995, publicó Alevosía, álbum en el que colaboraron Silvio Rodríguez y Santiago Feliú. En 1997 Jaime Chávarri dirigió una película sobre el cantautor llamada “Ad libidum” para la Sociedad General de Autores de España. Esta película formaba parte del ciclo Autor por autor, serie de 13 cortometrajes que reflejaban desde el cine independiente, la mirada de 13 directores sobre 13 músicos.
En 1998 salió Aire/Invisible, un doble disco compuesto por una primera parte cantada en español y una segunda cantada en inglés. El disco incluyó dos poemas de Fernando Pessoa y la versión inglesa de su tema “Aleluya #1”, que tanto éxito tuvo en los años sesenta. En 1999 publicó animaLdos en Plaza y Janés, otro experimento que incluyó más «poemigas» y un vídeo realizado filmando con una cámara de super 8. En el año 2000 se publicó ¡Mira que eres canalla Aute!, un disco homenaje en el que varios artistas versionaron temas del cantautor.
El Siglo XXI.
En 2001 Luis Eduardo Aute, tras cinco años de intenso trabajo, dio a luz su película de larga duración “Un perro llamado dolor”, un proyecto de animación para el que realizó más de cuatro mil dibujos a lápiz. El filme se publicó en formato DVD acompañado de un disco con la banda sonora, compuesta por el propio Aute, Silvio Rodríguez, Suso Sáiz y Moraíto Chico. Esta película pudo ser visionada por el público en la 9.ª edición del Festival Internacional de Jóvenes Realizadores de Granada, celebrado en 2002, dentro de un ciclo que ese año recibió el nombre de Aute/Autor en lugar de Actor/Autor. La Fundación Salamanca Ciudad de Cultura le dedicó un homenaje titulado SemanAute, la mayor retrospectiva hasta la fecha del artista. Dentro de este homenaje, la exposición Aute. Transfiguraciones muestra su obra pictórica entre 1951 y 2001. Al año siguiente se publicó el libro “Volver al agua”, una recopilación de toda su obra poética, que incluyó los libros “La Matemática del Espejo”, “La Liturgia del Desorden” y “Templo de Carne”.
En 2015 recibió un homenaje por su trayectoria tanto en la música como en la pintura y en el cine, en la Mostra Viva del Mediterrani de Valencia.
Vida Personal y muerte.
En 1968 se casó con la ecuatoriana María del Carmen Rosado, Maritchu, con quien tuvo tres hijos: Miguel Leonardo, Laura Julieta y Pablo Antonio.
El 8 de agosto de 2016 el artista sufrió un infarto tras regresar a Madrid después de un concierto en Huelva. El infarto lo llevó a un estado de coma y a ser operado en el Hospital Gregorio Marañón, por lo que sus conciertos posteriores en España y Latinoamérica se suspendieron.
Tras el infarto cerebral sufrido en 2016 que lo mantuvo dos meses en coma realizó varias estancias en hospitales, entre ellos el Centro Internacional de Restauración Neurológica (CIREN) de Cuba, donde permaneció dos meses para someterse a un tratamiento experimental. Tras esta estancia, el 30 de enero de 2017 regresó a Madrid desde Cuba y permaneció al cuidado de su familia.
Falleció por COVID-19 el 4 de abril de 2020 a los setenta y seis años en un hospital de Madrid en el que fue internado veinticuatro horas antes. Sin embargo, la familia dijo que no pudo saber si falleció a causa de la COVID-19.

Mis temas favoritos.

“Las cuatro y diez” (1973), Rito.
Es una balada melancólica que narra el recuerdo nostálgico de un encuentro amoroso. La historia gira en torno a un encuentro casual entre dos personas que alguna vez compartieron una conexión significativa. Este encuentro ocurre en un café a las cuatro y diez, una hora que el narrador recuerda con precisión, lo que sugiere la importancia de ese momento en su vida.


“La Belleza” (1989), Segundos fuera.
Escrita en 1989, en un contexto de cambio político y social en España, Aute utiliza esta canción para poner en evidencia la corrupción, el materialismo, la superficialidad y el desdén por la verdad, elementos que considera encubiertos bajo un velo de aparente armonía y atractivo. A lo largo de la canción, Aute no se limita a señalar culpables específicos, sino que hace una crítica general a la condición humana, con un tono casi existencialista, dejando ver que la verdadera «belleza» es difícil de alcanzar en un mundo tan viciado. Aute utiliza la belleza como un recurso irónico, resaltando cómo esta se usa para ocultar los defectos y manipular las percepciones. Por esto, La Belleza se convierte en un himno contra la falsedad, apelando a una búsqueda de autenticidad y verdad en un mundo que parece haberse olvidado de ellas.


“Queda la Música” (1979) De par en par.
Es un tema melancólico y poético que reflexiona sobre el poder de la música como refugio emocional en momentos de soledad, desamor y pérdida. Aute compuso esta canción en un período de exploración artística y personal, y en ella expresa cómo la música puede ser un consuelo duradero, capaz de acompañar y sanar, incluso cuando todo lo demás parece desvanecerse. En la letra, Aute reconoce que la música permanece cuando otras cosas, como el amor o las ilusiones, se han ido. Con una melodía suave y una interpretación íntima, la canción resalta la capacidad de la música para captar las emociones más profundas y, en cierto sentido, para resistir el paso del tiempo.


“Slowly” (1992), Slowly.
Slowly se destaca por su atmósfera suave y su invitación a disfrutar el amor con lentitud, sin prisas, como un momento de conexión profunda y plena. En la letra, Aute utiliza un lenguaje sugerente y lleno de metáforas que evocan el disfrute de cada instante en la relación amorosa, resaltando la importancia de la calma y la entrega total. La canción refleja la habilidad de Aute para capturar la esencia del amor y el erotismo de forma sutil y elegante, sin caer en clichés, y se ha convertido en una de sus composiciones más representativas en cuanto a la exploración del amor físico y emocional.


“De Tripas Corazón” (1992), Slowly.
El título de la canción, «De Tripas, Corazón», hace referencia a una expresión que significa enfrentar algo difícil con valentía, aunque el sufrimiento y la vulnerabilidad estén presentes. Aute utiliza esta metáfora para hablar de los conflictos emocionales internos y del amor como un campo de batalla donde se exponen las «tripas» y el «corazón», simbolizando lo visceral y lo sentimental. A través de versos llenos de melancolía y honestidad, Aute describe las contradicciones de los sentimientos humanos, especialmente cuando se trata de amor y dolor.
